28.3.11

Fin de la ilusión, se terminó, esa no es la realidad, la realidad es muy distinta, me dije, y comprendi que se habia terminado.
Cuando perdemos la ilusión y enfrentamos la realidad al menos somos más honestos y tal vez quien sabe la realidad nos da una grata sorpresa. Pero lo que es seguro es que la ilusión nunca nos va a dar lo que promete. Soñar es querer cambiar una realidad, la ilusión es negar la realidad. La desilusión no es otra cosa que una bofetada que nos da la realidad. Y una vez que hayamos perdido la ilusión, que nos hayamos despedido de ese mundo ideal, agarramos la realidad con las dos manos y decimos "Bueno ¿y ahora que? ", y les puedo asegurar que queda mucho por hacer.
Ahí donde terminó la ilusión empieza la vida de verdad y cuando ya estemos desilusionados soñemos en grande con el mundo que queremos y por el que vamos a luchar. Hay que perder la ilusión gente, porque ahí perder es ganar. Y al fin entendi, que dejandote ir, perdiendote, estoy ganando.

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Alzo la vista, temblando, y empezo a percibir como la obscuridad decendia. Aprovecho la última oportunidad para abrazarla, para estrecharla entre sus brazos con fuerza, como había deseado hacer hace semanas.
En el instante en que sus labios se fundieron, ya no hubo nada que hacer; ya no podían resistirse. El sabor a madreselva de su boca provoco en el una sencacion de mareo. Cuanto mas la estrechaba contra si, mas se le revolvía el estomago por la emoción y la agonía del momento. Sus lenguas se tocaron y el fuego estalló entre ambos refulgiendo con cada caricia, con cada nuevo descubrimiento... aunque, en realidad, nada de todo aquello fuera nuevo.
Las sombras empezaron a arremolinarse sobre sus cabezas, tan cerca que él podría haberlas tocado, tan cerca que se preguntó si alcanzaría a oír lo que susurraban. Observo como la nube pasaba frente a la cara de ella; por un instante, en sus ojos vio un destello de reconocimiento.
Despues ya no hubo nada; nada en absoluto.